Mag. Cecilia Castro Chávarry: Psicoeducar, investigar y actuar frente a la violencia
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Psicóloga y docente universitaria, la Mag. Cecilia Castro Chávarry coordina la Maestría en Violencia Basada en Género de la Universidad Peruana Cayetano Heredia. Desde la investigación en violencia escolar, intrafamiliar y social, su trabajo busca comprender y transformar las dinámicas que sostienen la violencia en la sociedad.
La historia de la Dra. Cecilia Castro Chávarry empezó con una vocación clara: quería dedicarse a ayudar a las personas. “Siempre fue mi interés trabajar en áreas vinculadas a cómo aprenden los niños y el rol de sus familiares en este proceso”, recuerda. Estudió Psicología en la Universidad Ricardo Palma y, desde el inicio, se inclinó en el estudio de los procesos de Enseñanza-Aprendizaje. Pero pronto descubrió que detrás de muchas dificultades de aprendizaje había un obstáculo invisible: las emociones del que aprende y del que enseña.
“En la formación entendí que no era solo un tema de estrategias cognitiva para aprender. Había situaciones emocionales, de violencia o maltrato, que bloqueaban el aprendizaje”, explica. Ese hallazgo marcó su rumbo: decidió especializarse en Psicología Educativa y Problemas de Aprendizaje, y en paralelo se formó como psicoterapeuta clínica, combinación académica que enmarca la conclusión urgente de psicoeducar a la sociedad en el manejo emocional y con ello el control de la violencia.
Investigaciones con impacto
Una primera investigación orientada a conocer indicadores relacionados al aprendizaje y sus dificultades le llevó a identificar que no solo la comprensión lectora o la memoria de trabajo (constructos cognitivos) colindan con el aprender, sino también al hecho de que padres de familia apoyen a sus niños en su desarrollo.
Nace así su interés por estudiar la intersección entre aprendizaje y violencia llevándola a desarrollar investigaciones en distintas áreas. Una de ellas analiza la violencia escolar a partir de bases de datos nacionales. “Hemos encontrado que muchas veces los niños dejan de estudiar por la violencia intrafamiliar. Algunos deben trabajar en lugar de asistir a clases, y otros, al vivir en un ambiente de agresión, no tienen las condiciones para aprender”, relata.
En uno de los más recientes estudios en el que participó, observó el fenómeno del ciberbullying y cómo la inteligencia emocional constituye un importante factor protector frente a la agresión virtual, por ende, la evidencia que fortalece la necesidad de generar más psicoeducación en torno a la violencia.
Una maestría internacional
Hoy, la Dra. Castro coordina la Maestría en Violencia Basada en Género, un programa internacional respaldado por el proyecto Erasmus+ de la Unión Europea. “El programa tiene una visión internacional y está orientado a profesionalizar a todas las personas que ya tienen experiencia o interés en el manejo de la violencia”, explica.
Con una duración de 15 meses y modalidad 100% virtual, la maestría reúne a universidades de Europa y Latinoamérica para formar profesionales capaces de analizar la violencia desde una perspectiva interseccional e interdisciplinaria.
¿Qué se aprende?
La propuesta se estructura en tres diplomados integrados: Violencia de Género y Políticas Públicas, Prevención y Evaluación de la Violencia de Género e Intervención en Situaciones de Violencia de Género. Cada uno prepara a los estudiantes en un nivel específico, que se convalida dentro de la maestría completa.
Los egresados desarrollan competencias en evaluación, prevención e intervención, con especial énfasis en poblaciones vulnerables. “Buscamos que sepan evaluar, diseñar programas preventivos e incidir no solo en la comunidad, sino también en las políticas gubernamentales”, explica.
Un enfoque amplio
La maestría no está dirigida únicamente a psicólogos. También convoca a educadores, abogados, comunicadores, asistentes sociales y otros profesionales que trabajan en áreas sociales, jurídicas y de salud. “La violencia de género atraviesa todas las disciplinas. Por eso necesitamos equipos interdisciplinarios”, afirma.
La visión internacional, el carácter virtual y el respaldo de un consorcio de universidades le otorgan un sello distintivo. Es, al mismo tiempo, un espacio académico y una plataforma de acción.
De la investigación a la acción
Para Castro, la investigación es solo el primer paso. “No se trata solo de teorizar. Tenemos que transformar lo que sabemos en programas que impacten en la población y que acompañen la implementación de políticas públicas”, asegura.
Esa convicción recorre su trayectoria: comprender cómo la violencia afecta la educación, la salud mental y la vida social, y formar profesionales capaces de intervenir con eficacia.