Respirar donde el aire pesa: la ciencia de la Dra. Carla Gonzales

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Desde los laboratorios de Cerro de Pasco hasta la lucha por la equidad en la ciencia, la Dra. Carla Gonzales desafía los límites de la fisiología y el género en su carrera como investigadora y directora.

El aire es distinto en la altura. Más liviano, más traicionero. La Dra. Carla Gonzales lo sabe bien. No solo porque ha dedicado su vida a estudiar cómo afecta el organismo, sino porque ahora dirige el Instituto de Investigaciones de la Altura de la Universidad Peruana Cayetano Heredia, un lugar que, por primera vez en su historia, tiene a una mujer al frente. «Soy la primera directora mujer en todos estos años. Es un reto y una responsabilidad», dice sin rodeos.

La ciencia desde la infancia

La historia de la Dra. Gonzalez con la ciencia comenzó temprano. Su padre, médico y biólogo, la llevaba de niña a recorrer laboratorios y bioterios. «Supongo que en algún momento me picó el bichito de la investigación», recuerda. Sin embargo, cuando llegó el momento de elegir una carrera, dudó. «A los 17 años, decidir tu futuro, es una locura, pero la sociedad nos empuja a hacerlo». Finalmente, siguió biología, influenciada por el mundo de su padre. Y no se equivocó.

Fue en el segundo año de pregrado cuando encontró su primera gran línea de investigación: la maca. «Empecé estudiando su efecto en la espermatogénesis», cuenta. Más adelante, descubrió que esta raíz peruana tenía aplicaciones inesperadas. Su tesis de maestría se enfocó en su impacto en la hiperplasia prostática benigna, y su doctorado en cómo influía en la osteoporosis por deficiencia de estrógenos.

«La maca nos abrió un mundo de posibilidades. Lo que comenzó como un estudio aislado se convirtió en un eje central de mis investigaciones», explica. Sus trabajos la llevaron a ganar el primer puesto en el concurso de tesis de posgrado de la Asamblea Nacional de Rectores, un hito en su carrera.

La lucha silenciosa de las mujeres en la ciencia

El nombre de la Dra. Gonzales resonó con más fuerza cuando fue reconocida en el libro “Mujeres en el Bicentenario, mujeres en el conocimiento”, un homenaje a 28 científicas peruanas. «Se habla mucho de la equidad de género en la ciencia, pero aún hay barreras invisibles», señala. Y pone un ejemplo claro: la maternidad. «Para las mujeres, la decisión de tener hijos marca su carrera de una forma que no sucede con los hombres. Es una brecha silenciosa que no siempre se menciona».

Aun así, insiste en que ha tenido referentes femeninas que allanaron el camino. «He tenido una rectora mujer, una presidenta de Concytec mujer. Eso no es menor. Pero aún queda mucho por hacer».

Los desafíos de la altura

Hoy, como directora del Instituto de Investigaciones de la Altura, la Dra. Gonzales enfrenta un nuevo reto: revitalizar un centro que ha perdido protagonismo con los años. «El instituto tiene la misma edad que la universidad y ha sido fundamental en la investigación biomédica. Mi meta es devolverle el prestigio que tuvo en sus inicios».

Uno de los aspectos que más le interesa es el impacto de la altura en quienes suben y bajan constantemente, como los trabajadores mineros. «No es lo mismo estudiar a alguien que ha vivido toda su vida en la altura que a quienes suben y bajan cada semana. Hay mucho que no sabemos sobre cómo este fenómeno afecta la salud», explica. Para ello, cuenta con un laboratorio en Cerro de Pasco, una ciudad a más de 4,300 metros sobre el nivel del mar, que se ha convertido en un observatorio natural para sus estudios.

«Cerro de Pasco es un laboratorio gigante», dice con entusiasmo. «Tenemos acceso a población expuesta a la altura de manera crónica y a quienes tienen exposición intermitente. Es una oportunidad única para investigar».

Además, la Dra. Gonzales destaca la importancia de estudiar cómo la exposición intermitente a la altura, común en trabajadores mineros y transportistas, impacta la salud cardiovascular y metabólica. «Este grupo de personas sube y baja constantemente, y sus cuerpos están en un estado de ‘adaptación y desadaptación’ constante. Es crucial comprender estos efectos para desarrollar estrategias de salud preventiva», explica.

Una carrera sin límites

Cuando se le pregunta qué consejo daría a las jóvenes que quieren dedicarse a la ciencia, no pestañea. «Curiosidad, perseverancia y rodearse de buenos mentores. La ciencia se trata de hacer preguntas y no conformarse con las respuestas fáciles». Y, aunque ha recorrido un largo camino, deja claro que aún no ha terminado. «Queda mucho por hacer. Y estoy lista para seguir».

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