Dr. Denis Castillo: de la biología molecular al diseño de soluciones biotecnológicas

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Investigador apasionado por la vida microscópica, Denis Castillo explora el límite entre ciencia básica y tecnología aplicada. Desde biotintas hasta microorganismos, su trabajo propone respuestas concretas a desafíos reales. Y lo hace formando profesionales listos para innovar.

Desde joven, el Dr. Denis Castillo supo que no bastaba con saber qué es la vida, quería entender cómo funciona. “Me interesó entender cómo funciona la vida a nivel molecular y celular”, recuerda. No le bastaba mirar la naturaleza: quería leerla desde dentro. Por eso eligió estudiar Biología.

La decisión no fue solo intelectual. “Observé que podría brindarme herramientas poderosas para generar soluciones reales a problemas en salud, medio ambiente y producción”, explica. No se trataba de saber por saber, sino de qué hacer con lo que se sabe.

Ciencia con aplicación

Su formación académica en la Universidad Peruana Cayetano Heredia fue una continuidad natural de esa búsqueda. Hizo allí una maestría en Bioquímica y Biología Molecular, y luego un doctorado en Ciencias de la Vida. “Elegí esta línea porque me permitió integrar la investigación básica con aplicaciones tecnológicas”, afirma. Era, dice, su camino natural.

Su brújula estaba clara: unir laboratorio con impacto. Desde los bioprocesos hasta la biología molecular, pasando por el descubrimiento de compuestos bioactivos, su objetivo era convertir lo microscópico en soluciones tangibles. “Lo que más me apasiona es convertir el conocimiento biológico en soluciones útiles”.

Investigación viva

Las investigaciones en las que ha participado tienen títulos complejos, pero intenciones simples: mejorar vidas. “Participo en el desarrollo de biotintas sostenibles a partir de residuos orgánicos para la bioimpresión 3D de tejidos”, comenta. El experimento combina quitosano y colágeno. No es ciencia ficción. Es ingeniería viva.

También ha evaluado compuestos naturales con actividad antimicrobiana y antiparasitaria, a partir de especies vegetales nativas. Más recientemente, explora microorganismos asociados a la mosca soldado negra. ¿El objetivo? “Descubrir nuevos antibióticos con el potencial de controlar a los patógenos y generar aplicaciones agroindustriales”.

Formación biotecnológica

Pero no se quedó en la investigación. Hoy, el Dr. Castillo coordina el Diplomado de Especialización en Biotecnología en Cayetano Heredia. “Este programa está pensado para fortalecer competencias de los profesionales que desean dar el siguiente paso en su carrera de investigación, académica o también industrial”.

No lo plantea como un curso más, sino como un trampolín práctico. El diplomado combina bioinformática, bioestadística, fundamentos biotecnológicos y ética. “Está enfocado en aplicaciones reales, sobre todo en entornos reales de salud, genética, agricultura y ambiente”.

Saber aplicado

El enfoque es claro: no basta con manejar herramientas, hay que saber cuándo y cómo usarlas. “Los participantes desarrollarán habilidades para analizar e interpretar datos genómicos y moleculares usando herramientas informáticas”, señala. Además, aprenderán a aplicar métodos estadísticos y principios éticos en sus investigaciones.

El programa apuesta por la multidisciplina y la acción: “Diseñarán y participarán en proyectos de investigación o innovación biotecnológica con una visión actualizada”, remarca. Porque la biotecnología, en su mirada, no es solo laboratorio: es método, ética y futuro.

Científico con brújula

El Dr. Castillo no concibe la investigación como un fin cerrado. “Cada investigación debe poder conectarse con otras disciplinas”, dice. ¿Qué hacemos con lo que descubrimos? ¿Cómo se traduce en política, en industria y en bienestar?Esas preguntas no figuran en los papers, pero atraviesan su práctica. Porque su ciencia no es neutra ni silenciosa, tiene una dirección clara: mejorar la vida de las personas.

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