Defendiendo los ecosistemas altoandinos: ciencia, tecnología y participación ciudadana

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El Dr. Raúl Loayza Muro, experto en ecotoxicología y docente de la Universidad Peruana Cayetano Heredia, ha revolucionado la forma de evaluar y proteger los ecosistemas altoandinos. A través de sus investigaciones sobre drenaje ácido de roca y el desarrollo de herramientas tecnológicas, promueve la gestión ambiental participativa para mitigar el impacto de la contaminación.

El Dr. Raúl Loayza encontró en la biología el camino para explorar y entender la riqueza natural del Perú. “Desde siempre tuve el deseo de trabajar en el campo, conocer paisajes que no se suelen apreciar en la vida urbana y contribuir a su conservación”, recuerda. Este interés lo llevó a estudiar Biología en la Universidad Peruana Cayetano Heredia, donde descubrió que su vocación también podía tener un impacto directo en la vida de las comunidades.

“Elegí la biología porque es una puerta hacia lo desconocido, una forma de combinar mi amor por la naturaleza con la ciencia para resolver problemas ambientales complejos”, explica. Tras su titulación, continuó trabajando en investigación aplicada y docencia, mientras buscaba oportunidades de especialización.

Durante ocho años, entre 2001 y 2009, el Dr. Loayza se dedicó a afianzar su experiencia como investigador en el Laboratorio de Ecotoxicología de los Laboratorios de Investigación y Desarrollo de la Facultad de Ciencias e Ingeniería. Este periodo, aunque alejado de los estudios formales, le permitió ganar financiamiento, formar estudiantes y cimentar su línea de investigación en ecotoxicología.

ECOTOXICOLOGÍA: EVALUANDO LOS IMPACTOS INVISIBLES

La ecotoxicología, un campo interdisciplinario que combina química, biología, física y matemáticas, se convirtió en el eje central de su carrera. “Es una herramienta clave para entender y predecir los impactos de los contaminantes en el ambiente y en la salud pública. Desde los efectos en los ecosistemas hasta los riesgos para las comunidades humanas, su alcance es muy amplio”, señala.

Una de sus mayores contribuciones ha sido el estudio del drenaje ácido de roca, un proceso natural que afecta las cabeceras de cuenca altoandinas. “Este fenómeno ocurre cuando ciertos minerales, como la pirita, reaccionan con el aire y el agua, generando ácido sulfúrico y liberando metales tóxicos, como el arsénico, hierro, aluminio y manganeso. Estos metales afectan la calidad del agua y de los ecosistemas, desde las alturas de las montañas hasta las zonas bajas”, detalla.

El impacto de este fenómeno no es menor. Según el Dr. Loayza, el drenaje ácido afecta actividades económicas como la agricultura, la ganadería y el turismo. “Es un enemigo silencioso que genera toxicidad crónica en el tiempo, pero que no recibe la atención que merece porque sus efectos no son tan inmediatos o visibles como los de la contaminación minera”, advierte.

BIOINDICADORES: TERMÓMETROS DEL MEDIO AMBIENTE

Una de las innovaciones más destacadas de su carrera ha sido el uso de larvas de insectos como bioindicadores de la calidad de ríos y lagunas. “Estos organismos actúan como sensores naturales que reflejan el estado de salud de los ecosistemas acuáticos. Su presencia o ausencia nos dice mucho sobre el impacto de los contaminantes”, explica.

Este enfoque ha sido aplicado con éxito en las cuencas altoandinas, permitiendo una evaluación más precisa y accesible para comunidades y autoridades locales. “El uso de bioindicadores no solo facilita el monitoreo ambiental, sino que también empodera a las comunidades, ya que es una herramienta sencilla y efectiva que pueden adoptar”, añade.

TECNOLOGÍA PARA LA CIENCIA PARTICIPATIVA

Comprometido con llevar la ciencia más allá de los laboratorios, el Dr. Loayza desarrolló AquaBio Smart, una aplicación móvil que les permite a las comunidades locales evaluar la calidad del agua utilizando bioindicadores. “Es una herramienta única en el Perú que combina tecnología y conocimiento científico para que las personas puedan tomar decisiones informadas sobre sus recursos hídricos”, detalla.

El proyecto, implementado en zonas como Recuay y Huaraz, en la Cordillera Blanca, no solo ha promovido la participación ciudadana, sino que también ha generado datos valiosos para la gestión ambiental. “Este tipo de ciencia ciudadana demuestra que las comunidades pueden ser actores clave en la protección de su entorno. La tecnología se convierte en un puente entre el conocimiento científico y la acción comunitaria”, reflexiona.

El impacto de AquaBio Smart ha sido tan significativo que se posiciona como un modelo a seguir en el desarrollo de iniciativas de ciencia participativa en el Perú. “Cuando las personas se apropian de las herramientas científicas, se convierten en defensores activos de su propio entorno, lo que garantiza un impacto más sostenible”, enfatiza.

GESTIÓN AMBIENTAL EN EL PERÚ

El Dr. Loayza ve en la educación y la participación comunitaria los pilares fundamentales para enfrentar los desafíos ambientales del futuro. “La clave está en crear conciencia sobre los problemas invisibles, como el drenaje ácido de roca, y equipar a las comunidades con herramientas para enfrentarlos”, afirma.

Además, subraya la importancia de la investigación interdisciplinaria para encontrar soluciones integrales a los problemas ambientales. “No se trata solo de entender los contaminantes, sino de diseñar estrategias que involucren a todos los actores: científicos, comunidades y autoridades”, concluye.Con más de dos décadas de experiencia, el Dr. Loayza sigue liderando investigaciones y proyectos que combinan rigor científico, innovación tecnológica y compromiso social, dejando un legado que inspira tanto a sus estudiantes como a las comunidades con las que trabaja.

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